miércoles, 5 de septiembre de 2012

Filosofía, Subjetividad y Verdad por Alberto Espinosa


Filosofía, Subjetividad y Verdad

Con el paso del tiempo he llegado a la convicción de que cada filosofía surgida a lo largo de la historia es en si misma verdadera... para su autor.  Históricamente ha sido lo más solito para cada filosofía abrogarse para ella sola la verdad, única,  absoluta, juzgando a las demás filosofías de filosofías falsas y hasta de falsas filosofías. Sin embargo pudiera la verdad ser plural y correlativamente ser el mundo plural, dado que a cada filosofo se le presente el mundo bajo una perspectiva singular y personal, en parte condicionada histórica y socialmente. Así, tocarían a los platónicos el mundo de las ideas, el topos hiper uranos; a los alquimistas la piedra, el lápiz; a los idealistas de la sensación, la mera precepción a la que se reduce el ser; a los idealistas tr5ascendentales el noúmeno incognoscible sobre las categorías del espacio y el tiempo, tal vez infinito, y Dios como criterio regular de sus acciones morales, pero sin existencia real, un Dios meramente formal y tautológico; a los idealistas absolutos de la escuela hegeliana la revelación del espíritu absoluto en la historicidad de sus propias vidas llevando la razón a la plena conciencia de si al incrustarse en el sistema-mundo del devenir; a los marxistas el ser social determinando absolutamente su conciencia por la economía; a los existencialistas cristianos la angustia y la desesperación salvífica, por la vía de la feliz culpa y la reconciliación final con Dios; a los existencialistas ateos del Dasein, el ser arrojados ahí y el nihilismo y ya sin razón de ser; a los fenomenólogos de la síntesis del impulso con el espíritu eso mismo, tal vez sin trascendencia posible; a los espiritualistas y metafísicos de la trascendencia al menos el socialismo de la comunidad de fe; a los positivistas de toda laya un mundo sin valores, rebanados de las cualidades morales y estéticas, sumidos en el análisis de pequeñas porciúnculas de la realidad; a los ateos el mundo sin Dios y sin mas allá posible, sin resurrección posible, sin alma inmortal; el hombre encarcelado en los límites ingenieriles de su lenguaje ... etc.. etc... etc... Cada cual tendría así su parte en el todo y le sería pagada su visión con la misma moneda que ellos mismos acuñaron -pues Dios, como todos sabemos, es un ser misericordioso y esencialmente justo. 



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